Investigación

SUBRAYA

La Revista RAYA tuvo acceso a dos expedientes de violencia sexual de militares contra niñas de la etnia Nukak Makúk. Estos hechos de acceso carnal violento, que sucedieron en Guaviare, reflejan discriminación, racismo, e indiferencia por parte de una justicia que ni siquiera cuenta con traductores para escuchar a las indígenas.

Por: Redacción Revista Raya

En la Fiscalía General de la Nación existen doce procesos de violencia sexual contra niñas y adolescentes indígenas del pueblo Nukak Makú, cuyos expedientes reposan en diferentes fiscalías del país. En cuatro de esos casos la responsabilidad recae sobre militares del batallón José Joaquín París del Guaviare, cuyas tropas se asentaron y se quedaron en el territorio ancestral de los nukak para enfrentar a la guerrilla. Aquí contaremos dos de esas historias con el fin de evidenciar que existe un modus operandi que ha alimentado la impunidad y ocasionado que los hechos de violencia sexual se repitan sin que aún exista un castigo contra quienes, incluso, han confesado en sus testimonios su responsabilidad.  

La Comisión de la Verdad, en su capítulo étnico Resistir no es aguantar, también mencionó el caso de la violencia sexual del pueblo Nukak Makúk. En un informe titulado «Nosotras Queremos Cantar: Violencia Sexual No Más», las organizaciones indígenas le contaron a la Comisión que una práctica sistemática contra las mujeres del pueblo Nukak es emborracharlas y obligarlas al uso de sustancias psicoactivas para someterlas y dejarlas inconscientes y totalmente expuestas a sus victimarios antes de ser violadas. “Abusar de ellas, dejarlas desnudas y abandonarlas en caminos, carreteras o en las cercanías de los ríos, es una práctica de la que aún son víctimas las mujeres nukak”, concluyó el informe.

 

La lengua, una ventaja para los victimarios

La sentencia absolutoria fue en favor del soldado Cesar Augusto Marulanda Orozco. Los hechos sucedieron el 12 de julio de 2009 y la denuncia fue presentada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), seccional Guaviare, unas semanas más tarde. En ella se acusaba al soldado de haber tocado las partes íntimas de una menor de seis años, de la etnia nukak, mientras el uniformado pidió permiso en la casa de los padres de ella para escamparse del aguacero después de un partido de fútbol.

En ese momento,  según el testimonio de la madre, Marulanda se dedicó a tomarle fotos a la menor que tenía un mico encima de uno de sus hombros. Y mientras ella estaba dentro de la vivienda, dos minutos más tarde de la llegada del militar, la niña lloró y salió corriendo del sitio donde se guarnecían del aguacero. Enseguida, Marulanda expresó que dicha actitud obedecía a que él había tocado el mico. Sin embargo, el hermano que estaba cerca de la menor le comentó a su madre que el soldado “había tocado el chichí” de su hermana, mientras le tomaba fotos con el celular.

Seis meses más tarde, en febrero de 2010 la menor nukak fue entrevistada por una psicologa forense de la Dirección de Investigación Criminal (Dijin). En el informe, la funcionaria concluyó que la niña mantuvo la estructura lógica de su relato y que manifestó una vivencia de tipo sexual por parte de un sujeto, al que reconoce como “un soldado”. Según ese informe, que reposa en el expediente del juzgado promiscuo de San José del Guaviare, la menor nukak “narra hechos de forma coherente y relaciona eventos de la vivencia con otras actividades como el partido de fútbol entre la comunidad y los soldados”.

El 7 de abril de 2010 un investigador de la Fiscalía entrevistó al padre de la víctima y este relató que el día de los hechos se encontraba jugando fútbol en el equipo del resguardo contra los soldados. En ese momento, dijo, lo llamó su compañera y le comentó que el soldado que se encontraba en la casa de ellos había tocado a su hija menor. “Él recuerda que era un soldado de apellido Marulanda, ya que días antes este mismo soldado le había ofrecido unas arepas y en el casco estaba plasmado ese apellido”.

El tránsito de los militares por el resguardo El Refugio era constante, pues a 500 metros estaban acantonados en la Escuela de reentrenamiento de las Fuerzas Especiales. Ante el reclamo de las comunidades por la actuación y presencia de los militares en el territorio, estos expresaron en varias comunicaciones que reposan en el expediente que era “inevitable el contacto con indígenas ya que estos se la pasan por todos lados”.

Cuatro años después, el caso no prosperaba. Así quedó registrado en diciembre de 2014 en una comunicación que la Fiscalía le envió al Gobernador Guaviare y al alcalde de San José del Guaviare. El objetivo de ese documento era buscar apoyo para que designaran un traductor y un intérprete para el testimonio de los padres de la víctima. No obstante, la Gobernación informó que eso no era posible porque no contaba con el personal capacitado para ejercer labores de traducción o intérprete del idioma nukak. El argumento se convertía en una justificación constante para dilatar la investigación y el juicio final. Incluso, se repetiría una década después, en otro de los casos que abordaremos más adelante, cuando se repitieron los hechos de violencia sexual por militares contra las niñas nukak, muy cerca de ese resguardo.  

Para el 2014, el abogado del soldado Marulanda había presentado doce excusas médicas y personales. Entre tanto, la defensora de la víctima, que pertenecía a la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), no se presentó en nueve audiencias. Según indicó la abogada, desde las instancias institucionales no se generaron las garantías respectivas para la movilidad de las víctimas en el transcurso del proceso. Estas dilaciones respondían a dos estrategias: el manoseo de los recursos que le da la justicia a los investigados y el nulo interés por transportar a las víctimas de la etnia nukak a las audiencias.

Finalmente, el 13 de diciembre de 2016 se desarrollaría el juicio en San José del Guaviare. En ese momento, salieron a relucir y dieron fruto las principales estrategias que utilizó la defensa del militar. Por un lado, la lengua de los nukak terminó siendo un impedimiento para que la Fiscalía pudiese comprender con claridad lo que la menor de 6 años estaba expresando. Así lo dejó claro el juez al expresar que para la Fiscalía no fue fácil desplegar sus actividades de manera más efectiva y eficiente. Texualmente señaló: “aunque la presunta víctima fue entrevistada por una funcionaria especializada en delitos contra la libertad y formación sexuales, no le fue fácil interactuar con la pequeña, pues el dialecto que maneja dicha comunidad no se compagina con la lengua castellana y por ello la funcionaria tuvo que interpretar lo que la niña le contaba en su dialecto”.

Cosa que terminó con una sentencia absolutoria del juez, quien argumentó que las manifestaciones de la menor de edad “si bien resultan desprevenidas y genuinas no permiten entender con claridad si en efecto fue objeto de tocamientos lúbricos por parte del soldado Marulanda, o si quizá la niña lloró porque el soldado cogió el mico de raza Titî que era de la infante”. Es decir, la teoría acogida por el juez giró en torno a que la niña nukak y su hermano intentaron decir Tití y no Chichí.

La repetición de los militares contra las nukak

Otro de los casos a los que tuvo acceso esta revista fue bastante publicitado por medios de comunicación a raíz de las dimensiones que adquirió la situación. La noticia se conoció el 19 de septiembre de 2019, a las 5 pm., cuando ingresó una menor de 15 años de étnia Nukak Makuk, por urgencias al hospital de San José del Guaviare, Según el expediente, un mes antes la menor había sido raptada en un baño público en la vereda Charras, zona rural del Guaviare. Los testimonios de las amigas y de ella misma daban cuenta de un hecho escabroso: fue detenida por los militares, luego encerrada en las instalaciones donde pernoctaban los uniformados, donde durante cuatro días fue sometida a abusos sexuales sin comida ni bebida alguna.

La menor así relató lo sucedido a los médicos que la atendieron, quienes consignaron su testimonio en la historia clínica: “la joven, por medio de un traductor, manifiesta que el 8 de agosto de 2019 iba con una amiga por el centro de Charras y fue a orinar a un baño y que al salir del baño venían dos soldados que se quedaron mirándolas. Se les aproximaron y tomaron de la mano a la de 15 años y se la llevaron. La amiga se cansó de esperarla y luego se fue hacia la maloka para avisar que no sabía dónde estaba la menor de 15 años”.

Cuatro días después, el 12 de agosto la menor logró escaparse del lugar donde permanecía encerrada y llegó a la maloka a las 8 de la mañana de un viernes. Allí, le contó a su madre que durante esos días dos soldados la violaron. “Durante el acto la forzaron, pero no utilizaron ataduras. Mientras la menor estuvo encerrada no le dieron nada de comer. Aunque ella trató de defenderse ellos la doblegaron”, escribió el médico al recibir el primer testimonio de la progenitora de la nukak.

En esa entrevista, la madre de la menor profundizó en los detalles que servirán de prueba para acusar a los militares: “Ellos pusieron los ojos en mi hija desde la mañana porque le preguntaron al hermano que quién era y le dijeron que era muy bonita y por eso sé que la salieron a cazar en la noche. Los vi como la miraban en la mañana, ellos pusieron los ojos en ella. Cuando llegó a la maloca llegó mal, tenía sed y hambre y le dijo a la hermana lo que le habían hecho esos hombres por todos esos días. Yo le di limonada y le lavé la ropa que traía. Le lavé bien para que se la pueda volver a poner porque la ropa es muy difícil de conseguir. Después vino una camioneta de la ONU, unos monos, y les contó lo que había pasado. No dijeron nada. Luego vino una funcionaria de Parques Naturales y ella dijo que debíamos venir acá y contar lo que había pasado para que nos ayudaran. Salimos y un carro de línea nos dejó acá (en el hospital)".

A su llegada al hospital de San José del Guaviare, tras un mes de los hechos, los médicos le practicaron un examen sexológico para determinar el grado de afectación que tenía la menor: “no se encontró evidencia de signos de trauma recientes en miembros superiores ni inferiores”. Un dictamen que se contradice con estudios sicológicos y testimonios que la Fiscalía recopiló en días posteriores. Un ejemplo de ello fue el informe de conclusiones y recomendaciones que hizo el ICBF tras la valoración psicológica el 20 de septiembre: “En la evaluación se puede conceptuar que la menor presenta alteraciones mentales y/o emocionales directas propias de las víctimas de violencia sexual potencialmente derivadas de factores de riesgo en su entorno mediato, pero cuenta con un grupo familiar que le garantizan el goce efectivo de sus derechos”, dice el documento.

Uno de los testimonios que ratifican que sí hubo acceso carnal violento reposa en los archivos del Batallón de Infantería de Selva Nº 19, José Joaquín París. El 30 de octubre de 2019 entregó su declaración el soldado Juan Sebastián Cardona: “Nosotros llegamos un martes y ya la peladita andaba desaparecida, el miércoles recibimos la guardia, yo era ranchero; ellos recibieron la guardia y a Fernández le tocó en puesto vara, eso fue el primero o segundo turno, no recuerdo bien, cuando al rato llegó al alojamiento Ortíz, yo ya estaba durmiendo y le fue a decir a otro compañero que arriba había una Guajíva (confundiendo la etnia de la menor nukak) y que subiera para que se la comiera. Pero el otro compañero le dijo que él no iba a subir, que él no se metía en esos problemas, de ahí se fueron como seis, los seis que están ahí metidos. Esa misma noche allá arriba la cogieron y la metieron en un matorral”. Los otros detalles de la violación, consignados en el expediente, contra la menor, esta revista se abstiene de explicitarlos. De acuerdo con el testimonio del soldado Cardona, la menor nukak llegó al puesto de control los días 11, 12 y 13 de septiembre de 2019 entre las 6:30 y las 10:30 de la noche al sitio donde estaban los soldados.  

Uno de los testimonios contradictorios lo entregó el soldado Yilber Arley Rojas Camargo quien aceptó haber tenido relaciones sexuales con la menor. Sin embargo, describió su acción como algo normal al calificarla una situación consentida y de prostitución, sin remarcar en el hecho de que por ser menor de edad ella no podía dar su consentimiento para esto y se configuraba entonces un hecho de explotación sexual infantil. Confesó que salió de la guarnición militar una sola vez sin pedir permiso junto al soldado Yeison Poloche Liberos. Describió que llegaron a un billar y luego se fueron a las canchas de tejo de la vereda Charras desde donde vieron llegar, horas más tarde, unos 15 indígenas nukak en un bus de linea, quienes se sentaron a tomar cerveza. “había varios menores de edad entre 6 y 15 años.  Yo me paré de la mesa y me fui a orinar atrás de la tienda, donde queda el orinal, y al salir del orinal, me paré un poco más atrás de la mesa donde estaba sentado con el soldado Poloche y empecé a hacerle señas con las manos a una indígena que estaba sentada al frente de nosotros para que viniera hacia mi, pero ella con señas me decía que la esperara. Intenté dos o tres veces, pero a lo último me aburrí de llamarla. Miré a otra indígena que estaba en el otro extremo y empecé hacerle las mismas señas. Como a los cinco minutos ella pasó con la otra indígena, es decir, la que estaba llamando antes”, dijo el militar.

Según el relato del militar, una de las menores entró al baño y la que él estaba llamando se quedó afuera.   “Luego yo me le acerqué y empecé a tocarle todo el cuerpo y a darle besos por el cuello, después le pregunté que qué íbamos a hacer, ella me dijo que estaba con su amiga, yo le dije, vaya acompáñela al grupo donde están ustedes y se viene usted nuevamente”, confesó el militar.

Las menores salieron del baño y regresaron a la mesa donde estaban los indígenas tomando cerveza. Unos 10 minutos más tarde, dijo el soldado Rojas, una de las menores regresó a donde estaba él y fue cuando el soldado la accedió carnalmente. Tras el hecho, narró el militar, “yo le pregunté su nombre y ella me lo dijo y después le pregunté que cuantos años tenía y me dijo: tengo 15 años. Luego me dijo que ella cobraba y yo le pregunté cuanto y me respondió $ 30.000”.

Sin duda, el relato del militar continuó justificando su comportamiento en un supuesto hecho de prostitución. Luego agrega detalles de su salida de la cancha de tejo, fabricando una escena que se contradice en su misma versión. “Al terminar la relación yo le dije que me esperara que iba a la base a recoger la plata y volvía con los $30.000. Yo le dije que iba a salir primero y luego que saliera ella. Al salir de ese sitio donde estábamos observé que ya no había nadie tomando cerveza, solo en el otro extremo había como tres indígenas por la cancha de tejo. Al soldado Poloche tampoco lo vi, eran como las 9:40 de la noche, todo estaba oscuro. Como estaba volado me tocó entrar por el bordo de las instalaciones de la ONU. Ingresé y me acosté a dormir. Creo que esa noche nadie me vio ingresar”. 

La mencionada contradicción radica en que el soldado Rojas miente cuando describe su salida de la cancha de tejo donde accedió carnalmente a la menor indígena. En una de las entrevistas que le practicó la Fiscalía le preguntaron sobre qué pasó con la menor: “La verdad no tengo ni idea, porque yo cuando salí de la tienda donde tuve relaciones con ella, a ella la deje sentada sobre la mesa y cuando yo iba a unos metros de la tienda volteé a mirar y la vi que iba saliendo y luego se le acercaron unos miembros de la misma comunidad indígena. Afuera seguía el carro de Coontransguaviare, esperándolos a que se embarcaran”. 

Tras conocerse los hechos, el Batallón José Joaquín París inició una investigación disciplinaria contra algunos de los soldados señalados. Mientras tanto, el curso de la investigación en la Fiscalía continuó y, el 21 de febrero de 2020, puso en evidencia un modus operandi que sigue alimentando la impunidad: “la víctima no es clara al momento de brindar la información. Tampoco se cuenta con traductor que le brinde confianza a la menor. Las fuerzas militares presentan demoras para brindar la información solicitada o para permitir realizar la diligencia. Las personas a entrevistar ya terminaron su servicio militar y se requiere la entrevista en diferentes departamentos y no se ha logrado la ubicación de otros. Es complicado el desplazamiento de los testigos desde el asentamiento indígena al centro poblado”, dice el documento de la Fiscalía.

En medio de todos los obstáculos que ha tenido el caso, el 21 de febrero de 2020 la Fiscalía registró un sorpresivo cambio de versión de la menor de 15 años, quien confesó tener miedo de las autoridades por sentirse culpable, lo que se tradujo en su declaración a su progenitora. Así lo registró la Fiscalía: “no quería seguir mintiendo, le cuenta que ella el día en que se encontraba departiendo con su familia, se le hizo tarde, que decidió por sus propios medios regresarse al resguardo y que a mitad de camino decide quedarse donde unos conocidos de la mamá durante los cinco días que estuvo desaparecida”. Una versión abiertamente falsa, pues uno de los militares confesó su autoría en los hechos de violencia sexual aquí denunciados y otro ratificó que sus compañeros lo hicieron.

El caso aún está en etapa de investigación en la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la Fiscalía en Bogotá. A finales de 2020 los investigadores aún no podían establecer dónde estaban los documentos de la investigación disciplinaria que adelantó el Batallón. Mientras tanto, estaban a la espera de realizar la entrevista a la menor con las condiciones necesarias para que cuente con un traductor que le permita contar su historia sin ser revictimizada.

Aporta en nuestra Vaki y ayudanos a seguir haciendo periodismo independiente, crítico y de calidad.

logo vaki footer

Relacionados
Investigación
“Elefantes blancos”: el desafío de la infraestructura en Colombia
“Elefantes blancos”: el desafío de la infraestructura en Colombia
Hasta la fecha, el Departamento de Prosperidad Social ha detectado 106 obras inconclusas, las cuales busca reactivar para evitar que se pierdan los dineros públicos invertidos. En 2024 se finalizaron 25 de ellas: colegios, viviendas, vías rurales, plazas de mercado y centros de acopio. Por: Redacción Revista RAYA
Leer mas ...
Susana Correa: la exdirectora del DPS que ha pasado de agache en la trama de corrupción de “Las Marionetas”
Susana Correa: la exdirectora del DPS que ha pasado de agache en la trama de corrupción de “Las Marionetas”
Susana Correa fue la directora del Departamento para la Prosperidad Social entre 2018 y 2022 y su nombre aparece en varias llamadas interceptadas a Nova Lorena Cañón, una de las fichas claves de “Las Marionetas” por ser la reconocida lobista de la mamá del expresidente Iván Duque en el direccionamiento de contratos. Aunque la justicia declaró víctima al DPS, Correa ha pasado de agache en las investigaciones. Por: Enrique Gamboa - Revista RAYA
Leer mas ...
Las comunidades de Cauca y Valle que le arrebatan niños y niñas a la guerra
Las comunidades de Cauca y Valle que le arrebatan niños y niñas a la guerra
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo 184 niños y niñas fueron víctimas de reclutamiento forzoso en el país durante el 2023. El Instituto de Bienestar Familiar reportó cerca de dos mil casos en la última década, pero comunidades del Cauca hablan de más de 800 niños y niñas reclutados en los últimos cuatro años tan sólo en ese departamento. Sin las cifras claras ante este crimen de guerra que destruye la armonía de las comunidades, las organizaciones afrocolombianas, campesinas, de mujeres y...
Leer mas ...
Boyacá: el exgobernador Ramiro Barragán inauguró una unidad oncológica que no existe
Boyacá: el exgobernador Ramiro Barragán inauguró una unidad oncológica que no existe
A pesar de que Boyacá registra una de las tasas más altas de cáncer en Colombia, especialmente en zonas rurales, la unidad oncológica que se inauguró en 2022 hoy no funciona. En esa obra se anunciaron inversiones por más de 3.000 millones de pesos, la falta de certificación y personal especializado ha dejado a la población sin acceso a los servicios prometidos. Por: Gina Rojas Hoyos
Leer mas ...
Hijo y hermano de César Gaviria gastaron millones de la Universidad Tecnológica de Pereira en almuerzos y domicilios
Hijo y hermano de César Gaviria gastaron millones de la Universidad Tecnológica de Pereira en almuerzos y domicilios
El Juzgado Tercero Administrativo de Risaralda confirmó que Luis Fernando Gaviria, exrector de la UTP, usó fondos públicos para gastos personales en restaurantes, banquetes y domicilios, incluyendo una comida con su sobrino Simón Gaviria. Pese a una sanción previa de la Contraloría, Gaviria busca reelegirse como rector, a pesar de que se enfrenta al rechazo interno. Unidad Investigativa Revista RAYA
Leer mas ...
"Ganadería sostenible" en Colombia: un sello vacío frente a la deforestación
"Ganadería sostenible" en Colombia: un sello vacío frente a la deforestación
La carne con sellos de "cero deforestación" se encuentra cada vez más en los supermercados colombianos, pero la falta de trazabilidad real hace que estas promesas sean ineficaces. Un informe de Envol Vert y la Universidad de Wisconsin revela que millones de animales provinieron de zonas deforestadas entre 2018 y 2020. A pesar de contar con mecanismos de trazabilidad, el sector carece de regulación ambiental, mientras que el ganado sigue expandiéndose sin control. Por: Diego Legrand
Leer mas ...
El turbio negocio de los Santo Domingo con el gobierno Duque que tiene a oscuras a Puerto Carreño
El turbio negocio de los Santo Domingo con el gobierno Duque que tiene a oscuras a Puerto Carreño
El conflicto entre Refoenergy, del grupo Valorem de los Santo Domingo, y Electrovichada, bajo control de la Gobernación, tiene a Puerto Carreño con un servicio eléctrico limitado. Electrovichada alega pérdidas millonarias y deudas, mientras Refoenergy justifica los cortes por el no pago de facturas. Para completar, la solución fue una planta de biomasa que utiliza monocultivos de madera no nativa, reemplazando la vegetación de la llanura del Orinoco y generando energía no tan limpia. Por:...
Leer mas ...
La pelea de los putumayenses para evitar que exploten cobre y molibdeno en la Amazonía 
La pelea de los putumayenses para evitar que exploten cobre y molibdeno en la Amazonía 
Mientras el Consejo de Estado le dio vía libre a la explotación de 4.600 millones de libras de cobre y 510 millones de libras de molibdeno en la Amazonía a la multinacional Libero Cobre, comunidades del proceso social Guardianes de la Andinoamazonía rechazan este proyecto y protestaron en la COP16 para evitar esta contradicción que avanza en el corazón del Putumayo. Revista RAYA viajó a Mocoa para conocer las actividades que viene realizando la multinacional y estuvo presente en el tercer...
Leer mas ...
Crisis de agua en Ibagué: el agua se fuga, estrenaron acueducto, pero padecen cortes intermitentes 
Crisis de agua en Ibagué: el agua se fuga, estrenaron acueducto, pero padecen cortes intermitentes 
A pesar de que la alcaldesa del Centro Democrático, Johana Aranda, inauguró un nuevo acueducto para Ibagué, bajo la promesa de solucionar la escasez de agua para cerca de 120 mil habitantes, la obra no ha cumplido su cometido y la veeduría señala deficiencia e improvisación en su construcción. Mientras tanto, el viejo sistema de acueducto pierde por fugas el 52% del agua. Por Juan Sebastian Giraldo Guzmán
Leer mas ...
Crisis en el Lago de Tota: privatización de tierras y falta de participación comunitaria
Crisis en el Lago de Tota: privatización de tierras y falta de participación comunitaria
El Lago de Tota (Boyacá) enfrenta una crisis socioambiental sin precedentes. Los habitantes de Firavitoba, Cuítiva, Iza y Sogamoso denunciaron la privatización del agua y la falta de participación en los planes de protección. La venta de 19.6 hectáreas de tierras por Acerías Paz del Río afectó la captación de agua para Sugamuxi. Corpoboyacá es criticada por su gestión. Por Gina Rojas Hoyos
Leer mas ...
Los pasajeros de los aviones que trajeron Pegasus a Colombia 
Los pasajeros de los aviones que trajeron Pegasus a Colombia 
Directivos de NSO Group que fueron registrados por Migración como oficiales de la Policía de Israel; ingenieros de sistemas israelíes que se hospedaron una semana en el Club de Oficiales de la Policía de Colombia y la relación de varios de ellos con la Fuerza Aérea Israelí. Además, un viejo y cuestionado negocio de un software espía también entre NSO y la Policía de Colombia. Por: Señal Investigativa, una alianza entre la Revista RAYA y Señal Colombia
Leer mas ...
Jueza deja en libertad a policías acusados de trabajar con el Clan del Golfo 
Jueza deja en libertad a policías acusados de trabajar con el Clan del Golfo 
Una jueza en La Dorada (Caldas), dejó en libertad a ocho policías acusados de trabajar con el Clan del Golfo, a pesar de las pruebas de la Fiscalía que los vinculan con actos ilegales. La jueza justificó su decisión por el "buen comportamiento" de los uniformados, pero el proceso sigue y los policías lo enfrentarán en libertad. RAYA revela nuevas pruebas y detalles del caso. Unidad Investigativa Revista RAYA
Leer mas ...
Poderoso abogado del Clan del Golfo pierde tutela con la que buscaba silenciar a la Revista RAYA 
Poderoso abogado del Clan del Golfo pierde tutela con la que buscaba silenciar a la Revista RAYA 
El Tribunal Superior de Medellín rechazó la tutela interpuesta por el abogado Ricardo Giraldo, representante jurídico del Clan del Golfo y hombre cercano al uribismo, que buscaba silenciar a la Revista RAYA. Esta revista había denunciado los planes criminales de la organización para expandirse y lograr un reconocimiento político. La decisión del Tribunal reafirma el derecho de RAYA a la libertad de expresión. Por: Unidad Investigativa Revista RAYA
Leer mas ...
Los aviones y pilotos de la operación secreta para comprar Pegasus en Colombia 
Los aviones y pilotos de la operación secreta para comprar Pegasus en Colombia 
Señal Investigativa revela las matrículas y fotos de los aviones, y los nombres de los pilotos de las dos aeronaves que aterrizaron en Bogotá el 25 de junio de 2021 y el 18 de septiembre del mismo año. Los hombres están relacionados con la Fuerza Aérea de Israel y con empresas de software y ciberseguridad. Por: Revista RAYA y Señal Colombia
Leer mas ...

¡Tú también párate en la RAYA!
Aporta en nuestra Vaki y ayúdanos a seguir haciendo periodismo independiente, crítico y de calidad.

logo vaki footer