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RAYUELA

Entrevista con el representante a la Cámara por Putumayo, Andrés Cancimance, un joven político progresista, quien ha irrumpido en el Congreso de la República con una agenda que defiende los derechos de la comunidad LGTBIQ+, principalmente, impulsando la prohibición de las terapias de reconversión.

Por: Ángela Martín Leyton
Editora Revista RAYA

A pesar de la avanzada del movimiento antiderechos en América Latina, cada vez se abren más espacios políticos para las orientaciones sexuales diversas. ¿Cómo cree que hubiese sido su candidatura hace 30 años en Colombia?

Treinta años atrás hubiese sido imposible aspirar a un cargo de elección popular en un país como Colombia, más en un departamento del sur como el que represento. Hubiese sido muy difícil asumir una candidatura de manera pública, porque usualmente lo que ha pasado es que personas del sector diverso que han incursionado en la política electoral ocultan su condición, su orientación, su identidad de género porque se asimila que ocultar esa diversidad es la única manera de poder ganar votos. Ahora, si nos devolvemos 30 años las acciones de discriminación estaban mucho más latentes, tristemente, pues esa realidad no se ha terminado de modificar todavía vemos expresiones homofóbicas y expresiones de odio contra la diversidad.

En materia de derechos, ¿cuáles cree que son las conquistas a lograr en Colombia para las comunidades diversas?

En Colombia los derechos de la diversidad se han logrado a través de las Cortes, esa es una realidad que no podemos desconocer. En América Latina el escenario que hemos vivido las personas diversas en términos de acceso y garantías de derechos ha sido más por fallos jurisprudenciales que por las mismas leyes que un país puede emitir; así que lo primero que hay que decir frente a esta pregunta es que los derechos que se han logrado tienen esa particularidad. Ya en términos de qué podríamos hacer o conquistar en un escenario legislativo pues de forma más inmediata está la misión de detener las mal llamadas terapias de conversión. Recordemos que en Colombia existen prácticas que pueden terminar en actos de tortura contra personas diversas bajo esa idea de que hay que cambiar su identidad de género. Estas prácticas han terminado en maltrato, violencia física, psicológica, incluso la muerte a través del suicidio de las personas diversas. Por eso en el Congreso de la República creamos una comisión de la diversidad sexual que está integrada mayoritariamente por personas que nos asumimos públicamente como personas LGBTIQ+ y desde esta comisión tenemos una primera bandera que es la prohibición de estas terapias.

Afortunadamente es un proyecto que pasó su primera legislatura es decir, se aprobó el primer debate de tres que tienen que llevarse a cabo, esperamos que en la nueva legislatura que inicia el 20 de julio, el proyecto de prohibición de las mal llamadas terapias de conversión sea una realidad y que podamos entonces decirle al país que esas prácticas, que todavía consideran que la identidad, la orientación sexual es una enfermedad, estén prohibidas. Otra deuda pendiente que hay en Colombia es la de contar con una ley integral para las personas trans; esa es una ley que afortunadamente están construyendo diversos colectivos y expresiones de personas trans. Incluso, nos han pedido a los congresistas de la República que no la lideremos en términos de su construcción, sino que sean ellas y ellos quienes tomen la batuta de escribir el texto y erradicarlo.

También hay una deuda pendiente alrededor del tema del VIH SIDA, Colombia no tiene la posibilidad de apoyar a esta población en términos de su medicamento, de garantizar plenamente su acceso a la salud. Así que ahí vemos también una gran oportunidad para que los nuevos derechos que se requieren sean amparados.Y bueno, estamos poco a poco haciendo ese escenario de acceso a derechos más posible. Esperamos que derechos como la identidad mejoren en términos electorales, por ejemplo, se está pensando en una iniciativa para que las personas diversas sexualmente puedan tener garantías de participación.

Una acción que le dio mucha visibilidad política nacional fue que en el nombramiento como representante llegara usando tacones ¿por qué consideró importante hacerlo?

Llegar al Congreso de la República en tacones fue un acto de reivindicación de derechos, un acto para decir que las personas diversas podemos ocupar un espacio en la política, podemos ocupar instalaciones físicas como la del Congreso de la República, que no está de más señalar que son contextos súper hetero normados donde la figura del patriarcado está ahí muy presente, muy activa. Así que esa connotación de reivindicación estaba en esos tacones también denunciando públicamente que a las personas diversas,nos están asesinando, que a las personas trans las están asesinando. En Colombia, por ejemplo, la expectativa de vida de una persona trans solo es de 35 años y eso resulta alarmante porque literalmente las poblaciones diversas están en la mira del exterminio. Así que el segundo elemento de los tacones en el Congreso de la República era de denuncia, pero también de reclamo de justicia para recordar la memoria de hombres y mujeres diversas que han sido asesinadas y asesinados con ocasión del conflicto armado.

Para hablar de contextos de odio donde no se admite la diversidad sexual. Entonces era un símbolo también de denuncia, de exigencia. Por supuesto, también era un símbolo de solidaridad para decirle a las personas que han perdido a un ser querido diverso que hay una comunidad que puede rodear ese dolor. Estamos aquí para apoyar, así que eran unos tacones que condensaban un gesto de solidaridad por la pérdida de seres queridos que son valiosos para familias. Ese acto de desafiar un protocolo en un espacio que históricamente ha sido dominado por hombres y sobre todo por hombres heterosexuales, pues tenía esa intencionalidad de subvertir de alguna manera un statu quo.

Es, además, vistiendo un traje formal de hombre, muy varonil, impecable por supuesto, un acto de subversión enorme, pero también de decirles aquí estamos las personas diversas, hemos llegado a reforzar las luchas que otros congresistas en minoría hicieron y aquí estamos con más fuerza inspirados en esta idea de que el Estado cada vez se parezca más a sus ciudadanos y ciudadanas, que si decimos que representamos a la sociedad colombiana, pues entonces estamos diciendo que en la sociedad colombiana también está la diversidad y que por eso estamos ahí muy atentos para seguir continuando en ese escenario legislativo, una lucha muy concreta.

¿Piensa que pueden conciliarse las posturas religiosas con las identidades de género diversas? ¿por qué?

Por supuesto que sí estoy convencido que las posturas religiosas con las identidades de género no sólo son conciliables, sino que son posibles que coexistan si vivimos la religión desde esa conciencia espiritual, de esa conciencia del amor, por ejemplo, no tendría porqué haber una separación entre religión y entidades de género. En mi experiencia personal, por ejemplo, cuando decidí contarle a mi familia nuclear a mi papá a mi mamá, mi hermana, mi hermano que era un hombre gay, pues justamente uno de mis grandes temores era que ellos son personas muy religiosas muy católicas, que me iban a decir y mire cómo fue la respuesta de mi papá, un hombre campesino sin estudios de escuela, ni colegio; un hombre que profesa su fe católica y la respuesta de él me es una evidencia de que estas dos lógicas de vivir la vida religiosa y la de la identidad de género pues pueden ser posible. Él me dijo: Andrés, hijo, tú eres una creación de Dios y Dios no se equivoca Dios no hace las cosas mal y por lo tanto te abrazo y aquí tienes mi apoyo. Esas fueron palabras de un campesino católico, mi padre, así que ahí vemos que si vivimos la religión desde esa apuesta por el amor por esa apuesta de reconocer al prójimo, si vivimos lo que la religión como la Católica ha movido a través de la misma Biblia pues nos damos cuenta de que no deberían estar separadas.

Una de las estrategias más visibles de la derecha en América Latina fue la de instrumentalizar la fe de muchas personas para poner en la agenda lo que llamaron “ideología de género” ¿cuáles cree que deben ser las estrategias para proteger los derechos sexuales y reproductivos ante esta amenaza?

Sin duda, creo que la educación es la mejor herramienta para proteger los derechos sexuales y reproductivos y la educación debe estar sobre todo en los contextos educativos, hay que hablar en las escuelas, colegios y universidades de la identidad de género, de los derechos sexuales y reproductivos; hay países que han venido avanzando poco a poco, por ejemplo en Argentina con aprobación de leyes alrededor de la formación.

En temas de género en Colombia estamos todavía en un debate de un proyecto de ley alrededor de eso, entonces yo creo que unas de las principales estrategias son la educación y la pedagogía, entre más desconocemos las cosas, pues más las atacamos más las rechazamos, pero también sobre todo el desconocimiento lo que genera es el aumento del odio, lo que genera es la estigmatización, lo que genera es la exclusión, entonces con una estrategia de Educación alrededor de esto que incluya no solo a las nuevas generaciones, sino también a los padres y madres de familia, abuelos y abuelas creo que podemos combatir esa idea tan errónea de los movimientos de ultraderecha por ir en contra de todo lo que suene a diversidad, todo lo que suene a derechos, todo lo que suene al acceso incluso de los derechos de las últimas generaciones.

¿Por qué es importante para la agenda de un gobierno progresista como el de Gustavo Petro incluir a las comunidades con identidades diversas?

Se demuestra con la creación en Colombia, durante el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez, de un ministerio como el de la igualdad, que es un tema que está en el centro de la política del gobierno del cambio. Así que resulta fundamental que desde un ministerio como éste, por ejemplo, que va a tener un viceministerio de las de la diversidad LGBTIQ+, se incluyan de manera concreta todas esas apuestas que se requieren en un país como Colombia.

Fíjese que tenemos una política nacional LGBTIQ+, pero la principal crítica, además de que no se construyó con la gente diversa, es que es una política que quedó en el papel. Es una política pública que nunca se operativizó, a la que no se le asignó presupuesto y que no generó todos los cambios que anhelamos las personas diversas. Así que un ministerio de la igualdad, un viceministerio de la diversidad o un viceministerio LGTBIQ+, pues tendrá la gran tarea de de poder reducir todas esas brechas sociales, en las que las personas diversas se encuentran. También tendrá que potencializar todo lo que hacen estas comunidades y personas en sus territorios. Tengo una alta expectativa en este gobierno para que se incluyan a las identidades diversas dentro de la agenda.

Las identidades trans son las más estigmatizadas en la agenda mediática, no sólo por la derecha sino, incluso, por sectores feministas. ¿Cómo proteger los derechos de estas personas?

Así es, las personas trans han sido las más maltratadas y violentadas en Colombia y en otros países. Quizás, dentro de la comunidad LGBTIQ+ son las que más subvierten los imaginarios. Qué hacer frente a eso, cómo proteger los derechos de estas personas. Yo siento que tendiendo puentes más cercanos de conocimiento, de interacción. Considero que aún dentro de las distintas expresiones de la diversidad no hemos podido construir, por ejemplo, una comunidad emocional que tenga como base la empatía, el reconocimiento del valor o de la valía de cualquier otra expresión. Creo que ahí nos ha faltado mucho, incluso como comunidades diversas. Yo diría que creando una comunidad emocional ayudaríamos a que estas exclusiones y discriminaciones contra las personas trans pudieran parar.

El movimiento LGBTIQ+ tiene una connotación muy urbana en materia de acceso a derechos, ¿qué pasa con las comunidades rurales?

En contextos rurales asumirse o construir una identidad de género diversa resulta un reto enorme. La experiencia que personalmente viví estuvo asociada al miedo, al silenciamiento, a ocultarse. Si le sumas a eso los controles armados militares que defienden un sistema heteronormativo y promueven sistemas heteropatriarcales; asumirse o vivir o ser o expresarse como un hombre o una mujer diversa es muy complejo.

En el contexto en el que crecí, por ejemplo, en medio del control de los territorios de las FARC y las Autodefensas Unidas de Colombia, particularmente el Bloque Sur Putumayo, estos controles imponían sistemas de vida asociados con la figura varonil, con la figura de hombres y expresiones o corporalidades distintas que son suprimidas, son criminalizadas y estigmatizadas. Entonces, la experiencia rural se vive de manera más compleja o se exacerba en términos de discriminación bajo estos controles o regímenes que grupos armados imponen en los territorios.

Así que es una experiencia, también diría yo, dolorosa, porque sientes que no puedes ser tú mismo, tú misma. Sentir que no puedes asumir tu identidad de forma plena, genera una sensación de dolor casi que indescriptible, pero también los contextos rurales están permeados por temas como los micromachismos y el bullying, porque casi que la experiencia vital la hemos vivido alrededor del matoneo, la normalización de que los compañeros de escuela o colegio te agredan o insulten. Así que se vive bajo esas lógicas.

A esto sumamos que por lo general los contextos rurales tienen a familias más conservadoras, familias religiosas; así que vivir la experiencia diversa en medio de una familia católica también es una experiencia de profundo miedo, de incertidumbre, porque no sabes si te van a rechazar. Yo diría que se trata también de una experiencia muy solitaria, por ausencia de redes de apoyo o de cómo la misma colectividad de tu orientación sexual no está ahí a la mano para poder crear esas comunidades emocionales. Como diría la antropóloga colombiana Miriam Gimeno, que ha hecho investigaciones sobre la importancia de consolidar comunidades emocionales para que brinden apoyo, para que puedan también ser espacios de contención para potencializar una identidad como tal.

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