crónica

RAYUELA

Esta película, filmada y producida entre Suiza y Francia, cuenta los últimos años de vida de Raúl Reyes, conocido como el canciller de las Farc. Allí se reproducen las sombras y los delirios de este comandante. Está basada en más de mil archivos contenidos en el computador de Reyes a los que Juan José Lozano, director de la cinta, tuvo acceso. Esta es la historia.

Por: Pablo Navarrete

¿Quién fue Raúl Reyes? ¿Quién era el hombre que recibía a periodistas extranjeros, diplomáticos y emisarios de distintos gobiernos en su campamento? ¿Era un ciego por el poder? ¿Fue un irresponsable? ¿Un vanidoso al extremo? ¿Un antihéroe? ¿Un revolucionario? Eso es lo que Juan José Lozano, director de cine, quiere responderse con su película Selva Roja, la cinta que busca meterse en la piel, pero, sobre todo, en la mente de uno de los hombres claves de las Farc EP: Raúl Reyes, el hombre que hasta marzo de 2008 fue el heredero de Manuel Marulanda.

“Comencé con el proceso de la película hace 9 años. Es la historia de ese hombre al que todos veían como “el hombre Farc” por excelencia, pero que realmente era un burócrata de la revolución”.

La última imagen que Colombia tiene de Raúl Reyes, conocido como el canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc EP), es la de un comandante guerrillero metido entre un sobre de plástico negro, sin vida y con su rostro cubierto de sangre. Lucía una camiseta blanca con una estampa roja sobre la que se dibujaba la figura de Manuel Marulanda. Era primero de marzo del año 2008 y el país se enteraba con esa fotografía que las fuerzas especiales del Ejército, la Infantería de Marina, el comando de operaciones especiales de la Policía Nacional y la Fuerza Aérea colombiana, habían bombardeado al campamento en el que estaba el heredero de Marulanda, en Santa Rosa de Sucumbios, Ecuador.

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‘Operación Fénix’, así se le llamó a la maniobra militar que arrojó como resultado el cuerpo de Reyes exhibido cual trofeo. Su pierna derecha quedó destajada. Un ojo izquierdo fulminado por un tiro y el pecho perforado por un impacto de fusil. Su muerte, como lo menciona Lozano, “fue el comienzo de la hemorragia de las Farc”. Entrar en la mente de Reyes fue el reto más grande para Lozano y para Álvaro Bayona, uno de los actores más versátiles de Colombia, quien interpreta en la película a Raúl Reyes:

“Lo primero que me pregunté cuando recibí el guion fue: ¿qué sentido tiene contar la historia de Reyes? Tenía un poco de temor de que hubiera una mirada trasnochada de la realidad de la guerra en Colombia. Pero no fue así. Lo que se busca con esta interpretación de Reyes es leerlo a él desde el delirio, entendiéndolo como un ser humano que se dejó envanecer por el poder”, dice Bayona.

Selva Roja es una lectura personal de Lozano desarrollada a partir de un trabajo investigativo, cuya base es la reconstrucción de más de mil archivos del computador de Raúl Reyes a los que el director de cine tuvo acceso: “La película cuenta la historia patética de un fracaso”, advierte Lozano.

La cinta se grabó durante dos meses en un estudio de grabación de Ginebra, Suiza, “dos meses metidos en un cajón verde haciendo la película”, revela el cineasta. Por esa razón, este proyecto cinematográfico tiene en su imagen una técnica llamada rotoscopia, que permite hacer animaciones sobre la imagen filmada.

Así, la selva y las atmósferas fueron ensambladas sobre las escenas luego de haber sido grabadas; eso hace que, ante los ojos del espectador, la selva se convierta en un personaje más de la película. Pero ni el color acuarela de la selva que se pinta sobre las escenas, ni el meticuloso proceso de posproducción que sobrevino después de la grabación fue tan riguroso alcanzar el reto primordial del director y de sus actores, entender a Reyes.

“A él le encantaba sentirse adorado y hablaba de la toma del poder, soñaba con la toma del poder, pero no hacía nada para conseguirlo”, asegura Lozano. Bayona comenta que la película se centra “en el delirio de este personaje que se desconecta de la realidad. Y en su afán de vivir su realidad pierde el norte”, algo que, según Lozano, “lo aleja de lo que realmente busca la revolución”.

En la película se logra observar a un Reyes desencontrado y angustiado que intenta ganarle en varias ocasiones el pulso a Manuel Marulanda, su comandante inmediato.

La relación entre ambos guerrilleros se ve mediada por varios mensajes, como el siguiente, que fueron extraídos del computador de Reyes: “marzo 15 de 2003. Camarada Raúl, lo saludo esperando que haya llegado sin novedad a la zona. Por aquí estuvo movidito porque los chulos hicieron una avanzada atrevida y se acercaron a una de las zonas donde hay presos amarrados”.

Y así, tomando como hilo conductor los mensajes que ambos líderes de las Farc intercambiaban en los momentos en los que el Ejército les pisaba los talones se va desglosando el talante de Reyes, que, según Bayona, era el de un hombre “que no tenía formación militar, porque nunca fue soldado, pero terminó siendo un muy buen político”. También se intenta dibujar la manera en la que Reyes abordaba las discusiones políticas y su relación con las mujeres que estaban bajo su mando.

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En Ginebra, los actores “debíamos ver de qué manera nos emparentábamos con la jungla estando mes y medio encerrados. Y ahí fue cuando supimos que la jungla también es encierro, que la selva tiene misterios, que en la selva no hay silencio porque todo se escucha”, relata Bayona. Para él, interpretar a Reyes supuso conocer a un personaje tanto desconectado como irresponsable, “pues sus decisiones y el envanecimiento que tuvo con el poder hizo que al final muchísimas vidas que estaban bajo su mando se perdieran. Él se equivocó”.

Para el elenco, integrado por Bayona, Patricia Tamayo, Vera Mercado, Emilia Ceballos y Julián Díaz, haber filmado la película en un estudio de grabación cuyas escenas giran en torno a la selva implicó acudir a las técnicas básicas del teatro: “es decir, entendimos que debíamos contar sin decir mucho y así pudimos hacer de lo abstracto algo real”, cuenta él. Bayona logró construir al personaje a través de elementos de la cotidianidad que le dijeron personas que fueron cercanas a Reyes “pero también hay mucho ejercicio de imaginación para intentar revivir el día a día de este hombre. Lo que sí pude saber de él es que fue un personaje que actuaba mucho, tenía poses, máscaras”.

Tanto el director como el actor que interpreta a Reyes ven a este excomandante de las Farc como un hombre desconectado, incluso, del resto de los comandantes de la extinta guerrilla. El talante frío y difícil de descifrar de Reyes hizo que darle vida fuera un proceso creativo, de discusiones dadas entre actores y director: “lo más difícil fue entenderlo y respetarlo. Observarlo”, puntualiza Lozano. 

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Para Juan José Lozano, el reto más grande se cumplirá cuando Selva Roja esté en todas las salas de cine del país. En Francia, la película de Lozano fue éxito en taquilla durante 6 semanas en 36 salas de cine. “La primera experiencia que tuvimos fue en el Festival Internacional de Cine de Locarno (Suiza). Allá nos dijeron que la película les encantaba pero que no la iban a programar en el festival, porque no estaban de acuerdo con lo que decía la película”, señala Lozano. 

En Colombia la historia no fue distinta con el Festival Internacional de Cine de Cartagena: “tuvieron la película durante meses y poco antes de que saliera la programación del festival nos dijeron que no la iban a proyectar que porque les parecía que la cinta era polémica. No quisieron a Selva Roja, nos vetaron”. Si Selva Roja llega o no a los festivales y eventos más importantes de la industria cinematográfica en Colombia, solo lo dirá el futuro, por el momento, él sigue con la convicción de que esta película debe ser vista por Colombia, “ese es el sentido que tiene esto”, dice.

Para Bayona, este proyecto cinematográfico es mucho más que la película misma, “es que la única manera de entender lo que nos pasó durante la guerra es poniéndole el ojo a estos personajes”; de ahí, el nombre de la película pues, según su director rojo fue el mundo que dibujó Raúl en sus últimos años y rojo terminó siendo su futuro”.

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