La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) lidera una estrategia decisiva para romper la estigmatización y apoyar a víctimas y firmantes del Acuerdo de Paz, convirtiendo sus proyectos productivos en marcas registradas que puedan entrar formalmente al mercado.
Por: Redacción Revista RAYA
La formalización económica sigue siendo uno de los puntos más frágiles del posconflicto colombiano. Tener un proyecto productivo no garantiza sostenibilidad si no existe acceso real a los mercados, reconocimiento comercial ni protección frente a la competencia. En ese vacío, menos visible que la seguridad o la reincorporación armada, pero igual de trascendental, se inscribe la estrategia ‘Marcas de Paz’, liderada por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
Desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, uno de los retos más grandes de Colombia ha sido garantizar que quienes dejaron las armas y las víctimas de la guerra encuentren una forma digna de sustento. La reincorporación económica no es un tema menor: el Gobierno Nacional, a través de entidades como la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), ha destinado miles de millones de pesos, cifras que superan los $12.600 millones en fortalecimiento de proyectos productivos, para asegurar que la paz no sea solo una firma en un papel, sino una realidad productiva en los territorios.
No obstante, tener un producto no es suficiente si no se puede vender o identificar en el mercado. Es aquí donde la SIC ha entrado a apoyar con su estrategia 'Marcas de Paz', un puente para que esos nuevos emprendimientos den el salto a la formalidad y a la competitividad.
¿Qué es 'Marcas de Paz'?
Esta estrategia está liderada por la Delegatura para la Propiedad Industrial y el Grupo de Formación de la SIC, la cual surgió en octubre de 2023 para democratizar el acceso a la propiedad industrial. Su nombre guarda un objetivo claro: transformar las "marcas" o cicatrices que dejó la guerra en marcas comerciales, signos distintivos que generen valor, identidad y orgullo para sus creadores. Un esfuerzo que se articula con entidades clave como la Unidad para las Víctimas, la ARN, el Fondo Colombia en Paz y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (a través del sello "Colombia Destinos de Paz").
El programa está dirigido específicamente a una población que históricamente ha tenido barreras de acceso: víctimas del conflicto armado, desmovilizados, personas en proceso de reincorporación y habitantes de los territorios PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial).
Desde su implementación, la SIC ha llevado esta oferta institucional directamente a los territorios, haciendo presencia en 8 departamentos y 23 municipios. Entre las zonas priorizadas en las que ha impactado la estrategia están: el Oriente Antioqueño (municipios de San Luis, San Carlos, San Francisco, Granada y Cocorná) , Buenaventura (Valle) y San José del Guaviare (Guaviare).
El corazón de la estrategia es eliminar la barrera económica del registro. Para un emprendedor regular, registrar una marca puede ser costoso, pero bajo 'Marcas de Paz' los beneficiarios acceden a una tasa preferencial excepcional: costo normal (valor referencial sin descuento): $1.282.000 comparado con el costo con 'Marcas de Paz' que es de $88.000. Esto representa un descuento del 93%, permitiendo que comunidades vulnerables protejan legalmente sus productos (café, artesanías, confecciones, turismo, etc.).
Sin embargo, la estrategia no se limita a reducir costos; ofrece un acompañamiento integral mediante una ruta de tres etapas diseñada para educar y asistir al emprendedor. Por un lado, la sensibilización que se hace realidad a través de jornadas grupales donde los asistentes aprenden por qué es crucial registrar una marca y cómo ésta agrega valor a sus productos. La identificación, que es donde expertos de la SIC realizan diagnósticos personalizados para revisar qué elementos del proyecto son registrables y hacen búsquedas de antecedentes para evitar conflictos legales. Y la etapa de la orientación, que es la final y la más técnica, pues los emprendedores reciben ayuda individual para crear su usuario en el Sistema de Propiedad Industrial (SIPI) y radicar formalmente su solicitud.
El impacto de la estrategia es real. A la fecha, más de 1.128 emprendedores de las regiones Andina, Pacífica y Caribe se han beneficiado. Un ejemplo es ASOMORENA, una asociación de 94 campesinos víctimas del conflicto en el Valle del Cauca. A través de este programa, lograron registrar su marca de café de alta calidad, lo cual se ha traducido en la apertura de mercados internacionales como Japón y Estados Unidos.
¿Cómo participar?
Para acceder a estos beneficios, el requisito indispensable es contar con un certificado expedido por alguna de las entidades aliadas: la ARN, la Unidad de Víctimas o el Fondo Colombia en Paz, la cual acredite la condición de víctima o reincorporado. Quienes deseen más información o postular a sus comunidades pueden contactar al equipo de formación de la SIC a través de los correos electrónicos
En un país donde la guerra despojó tierras, nombres y proyectos de vida, proteger una marca puede parecer un detalle menor. No lo es. ‘Marcas de Paz’ demuestra que la formalización económica, cuando se hace desde el territorio y con enfoque diferencial, puede convertirse en una herramienta concreta de reconciliación. Registrar una marca no borra el conflicto, pero sí permite que la paz tenga nombre, identidad y futuro.
Nota de transparencia: este artículo recibió financiación publicitaria, que se declara por respeto a las audiencias. La entidad financiadora no intervino en el enfoque ni en las conclusiones, centradas en el papel de la formalización económica como herramienta de reparación y de construcción de paz para víctimas y firmantes del Acuerdo.
