La ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, referente feminista y sindical en América Latina, habló con RAYA sobre el fallo de la Corte Suprema que ratificó la condena a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. Díaz denunció que el lawfare o guerra jurídica busca proscribir los proyectos populares en su país y advierte el avance de un poder económico que socava la democracia como el que actualmente vive Argentina con Javier Milei.
Por: David González
La semana pasada, en medio de la Conferencia Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO) realizada en Bogotá, la noticia sacudió los pasillos del evento y a la política argentina: la Corte Suprema de Justicia ratificó la condena a Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta y en una ocasión vicepresidenta de la Argentina. El fallo confirmó seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, en el marco del llamado "caso Vialidad", un proceso judicial por presuntas irregularidades en la adjudicación de obras públicas durante sus gobiernos. Más allá de lo jurídico, para amplios sectores en Argentina y América Latina esto fue interpretado como un nuevo capítulo de lo que se conoce como lawfare, es decir, la utilización de la justicia para perseguir y proscribir políticamente a líderes que impulsan proyectos alternativos a los intereses de los grandes poderes económicos.
En ese contexto, RAYA conversó en Bogotá con Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires. Díaz es una figura emblemática de las luchas sociales argentinas: feminista, sindicalista y una de las impulsoras de la llamada "Marea Verde", el movimiento que logró la legalización del aborto en Argentina y que inspiró a otros países de la región. Mientras participaba de un panel sobre “políticas hacia la igualdad”, junto a la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, Díaz recibió la noticia del fallo contra Cristina Kirchner. Lo que siguió fue una reflexión cargada de preocupación por el rumbo de la democracia en su país.
RAYA: En la conferencia mencionó que en Argentina el poder está concentrado en tres varones patriarcales que estarían detrás de estas operaciones de lawfare. ¿A qué se refiere exactamente?
Estela Díaz: Es el poder económico, el poder de facto fundamental que nadie vota y que está detrás de las decisiones que traen dolor y quitan derechos a nuestro pueblo. Ese poder está muy asociado al sistema financiero internacional. Desde el gobierno de Macri, nuestra democracia empezó a lesionarse más fuerte. Ahí inició la persecución política como mecanismo para sacar de la cancha a los oponentes del proyecto neoliberal. Mirá el caso de Milagro Sala: fue detenida en enero de 2016, a los pocos meses de que Macri ganó, y sigue detenida. En Argentina todavía hay presos políticos. Por eso, la democratización del poder judicial es una demanda clave de los procesos democráticos. Ahí México nos está mostrando un ejemplo.
RAYA: ¿Cómo se expresa esa concentración de poder en las instituciones?
Estela Díaz: Es increíble que la Corte Suprema, que es el órgano máximo de constitucionalidad, tenga solo tres integrantes, y que dos de ellos fueron nombrados durante el gobierno de Macri. Es una corte irrepresentativa. Por eso digo que nuestra democracia es rehén. En el gobierno de Cristina se impulsó una ley para que el Consejo de la Magistratura, que designa y remueve jueces, fuera elegido por voto popular. La Corte la vetó, dijo que era inconstitucional. Lo mismo pasó con la ley de democratización de los medios: planteaba un 33% para el Estado, 33% para organizaciones y movimientos sociales y 33% para el sector privado. La judicializaron los medios hegemónicos, y cuando llegó Macri no la implementó.
RAYA: ¿Y ese mismo poder económico y de facto está detrás de lo que representa Javier Milei?
Estela Díaz: Sí, Milei es un empleado de esas corporaciones. Viajó 25 veces fuera del país: la mitad de las veces a Estados Unidos y la otra mitad a reuniones con Elon Musk, a fiestitas con su amigo. Ningún interés de la Argentina estaba en juego. Así ponen a personajes marginales, exóticos, como presidente.
RAYA: ¿Qué salida judicial tiene Cristina Kirchner frente a esta situación?
Estela Díaz: Ninguna en el país. El último tribunal de alzada es la Corte Suprema. Lo único que nos queda son los foros internacionales. Se va a denunciar ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los tribunales de La Haya, todos los espacios internacionales. El grupo de juristas que defendió a Lula ya sacó declaraciones y va a acompañar las presentaciones. Acá el acceso a la justicia está bloqueado.
RAYA: En Colombia escuchamos hace poco a figuras como Agustín Laje deshumanizando a la izquierda tras un atentado, diciendo que no tienen derecho a existir. ¿Qué impacto tienen esos discursos en lo que vive Cristina?
Estela Díaz: Son discursos neofascistas. Laje publicó: “Hay que terminarlos a los zurdos, no se puede convivir con ellos. El error es creer que podemos convivir con ellos”. Buscan aniquilar al que opina distinto. Aunque su base social es bajísima, intentan consolidarla. Y esos discursos se replican en redes, los llevan a los medios masivos, los reproducen. Lo que tenemos es un país con fuerte historia de lucha, un movimiento sindical y feminista potente, derechos humanos representados en Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y gobiernos como el de la provincia de Buenos Aires con Axel Kicillof, que hoy estuvo con Cristina. Allí hay un proyecto que es lo opuesto a las derechas, y un movimiento que se está convocando.
RAYA: ¿Y quiénes están recibiendo el mayor impacto de las políticas de Milei?
Estela Díaz: Hay una enorme transferencia de recursos de las mayorías al sector financiero concentrado y a la fuga de divisas. El salario perdió poder adquisitivo, crecieron la precariedad, la informalidad, la feminización y la infantilización de la pobreza. Jubilados, personas con discapacidad: les recortaron ingresos y pensiones. Desfinancian la educación pública, incluida la universidad, que es gratuita y parte de nuestra identidad social. Están golpeando a las mayorías populares y empobreciendo a la clase media.
RAYA: ¿Qué reacciones se esperan ahora en las calles frente a esta situación de Cristina?
Estela Díaz: Ya estamos en las calles. Hay una orden de detención fijando su domicilio para el 18 de junio. Seguramente será prisión domiciliaria por su edad y por haber sido presidenta y vicepresidenta. Las centrales sindicales ya anunciaron paros y protestas. Vamos a una lucha de largo aliento. Están surgiendo comités por la libertad de Cristina, como los que crecieron en la proscripción del peronismo, como en la persecución a Milagro Sala. Y tenemos un proceso electoral: el 7 de septiembre en Buenos Aires, el 26 de octubre nacional. Votar contra la derecha es votar por la democracia y la verdadera libertad.