Por: Jimmy Viera Rivera
“Europa se pinta de nazifascismo, mientras que América Latina ondula entre el horror y la esperanza”.
ALESSANDRA PRADEL MORA
El Congreso Mundial Contra el Fascismo, el Neofascismo y otras Expresiones Similares, se realizó en Caracas (Venezuela) el pasado 10 y 11 de septiembre y contó con delegaciones de 95 países. Este importante evento pasó desapercibido para los grandes medios colombianos de comunicación e, igualmente, para los movimientos sociales y la mayoría de la izquierda colombiana.
Al evento, asistieron más de 1.200 participantes, en especial de América Latina, África, Asia y Medio Oriente, representados a través de movimientos sociales, feministas, juveniles y culturales, también sindicatos, intelectuales, académicos, partidos políticos, personalidades, organizaciones indígenas, organizaciones afros, colectivos de derechos humanos, y organizaciones de los pueblos del mundo.
El análisis giró en torno a las causas de los movimientos fascistas del siglo XX, que coincidieron en un odio visceral contra el comunismo y el socialismo además de la democracia, y que utilizaron el miedo al "enemigo interno", para afianzarse en el poder. Las ideas fascistas y nazistas compartieron características comunes, como el nacionalismo exacerbado, autoritarismo, antiliberalismo, supresión de lucha de clases, corporativismo, militarismo, acción procapitalista y ultrarreaccionaria, apelación a la violencia sistemática, propaganda y control de medios de comunicación, supremacismo racial, anti-intelectualismo, concepción totalitaria sobre el Estado, y destrucción del movimiento obrero y social de izquierda. Estas afinidades permitieron consolidar un poder absoluto mediante la utilización de herramientas como la censura, la propaganda y la represión.
A estas características del fascismo clásico, es necesario sumar las que Boaventura de Sousa Santos reseña con respecto al neofascismo actual: “neodarwinismo social, religión como política, extrema derecha tradicional, guerra jurídica, individualismo acidioso”. Boaventura explica que “la acedia es una condición sociopsicológica de agotamiento emocional, de indiferencia, de renuncia a buscar alternativas gratificantes más allá del cuerpo individual concebido como territorio primordial y del pequeño mundo previsible y reconfortante de las amistades virtuales. El individuo-fortaleza, hecho de debilidad (in)consciente frente a un mundo hostil e irreformable, se vuelve más permeable a las exclusiones defensivas que a las inclusiones arriesgadas, a la preferencia por las minicertezas antes que las grandes dudas, a la claridad del odio contra la ambigüedad de la fraternidad”.
El evento llevado a cabo en Caracas trazó igualmente un mapa conceptual sobre las nuevas causas y características del neofascismo como resultado de una profunda transformación estructural del capitalismo global, y determina la fase denominada capitalismo digital. Esta nueva fase capitalista neofascista se define por la creciente concentración de poder en manos de una nueva aristocracia financiera y tecnológica que controla vastos recursos económicos y domina las tecnologías de la información y la comunicación.
En este contexto del desarrollo de una nueva fase capitalista, han emergido ideologías extremas, ligadas a los intereses de una nueva aristocracia financiera y tecnológica, representada por figuras como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos que operan junto a tanques de pensamiento, organismos multilaterales, ONGs, y corporaciones militares (Academi, Erick Prince), paramilitares y cárteles de narcotráfico, relacionados con redes de partidos políticos de derecha y de ultraderecha.
Los think tanks y centros de investigación, organizados en redes globales, utilizan los dispositivos digitales para llevar a cabo campañas de influencia, con mensajes segmentados que afectan la subjetividad individual y colectiva. El neofascismo digital busca despolitizar a las nuevas generaciones a través del uso de pantallas promoviendo el individualismo y la hiperfragmentación social, el consumismo irracional, la meritocracia y negando la historicidad”.
El momento actual se caracteriza por el ascenso de figuras neofascistas alrededor del mundo, articuladas en el autodenominado Movimiento Mundial de la Alt-Right y la autodefinida ideología neorreaccionaria (NRX). Estos líderes utilizan discursos populistas, para legitimar regímenes que promueven la represión a movimientos sociales.
Como estrategia del neofascismo, se identifica la perpetuación y profundización de múltiples violencias contra las mujeres y diversidades, que exacerba la desigualdad estructural generada por el capitalismo, el racismo y el patriarcado. La feminización de la derecha y la utilización de figuras femeninas por parte de los fascismos y neofascismos son tácticas diseñadas para manipular y legitimar políticas reaccionarias.
“El neofascismo actual, disfrazado de nuevas formas de exclusión política y económica, sigue arraigado en las estructuras raciales que legitimaron el colonialismo. Las políticas que marginan a las comunidades afrodescendientes en educación, salud y empleo reflejan un sistema que aún se nutre de estas jerarquías”.
La particularidad de la ideología fascista consiste en una dominación indirecta por parte de la ideología imperialista, a través de una dominación directa por parte de la ideología burguesa nacional. Por lo tanto, el fenómeno fascista enlaza estos dos elementos, para adelantar sus propios planes económicos, fundamentalmente sobre los territorios y los recursos naturales.
Los sectores profesionales de la clase media, cuyo futuro económico de ascenso social se ve frustrado debido a las nuevas realidades del capitalismo, es el sector donde empieza a sentirse con mayor fuerza “la desesperanza si no surgen alternativas democráticas locales y globales, una desesperanza que podría abrir la puerta a fuerzas cada vez más violentas y reaccionarias, y hasta a la posibilidad del fascismo”; como dice Eric Toussaint, a propósito de la policrisis que vive el mundo.
Los gobiernos progresistas también deben adelantar programas económicos específicos para este sector social. Cabe no olvidar la famosa frase del teórico del fascismo que advertía: “No todo pequeño burgués desesperado puede llegar a ser Hitler, pero una partícula de Hitler sí se aloja en todo pequeño burgués desesperado”.
Aquí debemos recoger las enseñanzas del Congreso Mundial de Caracas, para evitar los diversos fascismos que nos agreden. Estos son: el fascismo mediático, el fascismo religioso, el ecofascismo, el fascismo como una expresión política de la estructura caracterológica de mujeres y hombres masificados y el autofascismo inoculado a través de los medios de comunicación, que se supera solo mediante altos niveles de conciencia humanista, independiente, política, étnica, de género y de clase.
Las definiciones se expanden ya desde el Congreso Mundial de Caracas, hasta Colombia y, para darles continuidad, aquí se empiezan a realizar foros. El primero fue llevado a cabo el reciente 28 de septiembre, a partir de tres ponencias magistrales a cargo del embajador de Venezuela, Carlos Martínez, Víctor de Currea Lugo y el joven líder Andrés Parra. El foro concluyó con una agenda frente a las manifestaciones del fascismo colombiano.
Gran parte de la burguesía colombiana actúa en coordinación con las fuerzas del gran capital internacional y ante la incapacidad de arreglar la crisis múltiple que vive el país por medios ordinarios, esta clase criolla gobernante, actúa sin escrúpulos y adelanta procesos fascistas e intentonas aventureras, desconoce la voluntad popular, pisotea su propia legalidad burguesa, buscando desestabilizar a este gobierno progresista, por esto los sectores democráticos y de izquierda no pueden dudar en establecer un gran frente social y político antifascista y profundizando la lucha por las reivindicaciones populares y el cambio social.
“Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena, si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?”. Bertolt Brecht
Adenda: a la Revista Alternativa, nacida en 1974, la asediaron y quisieron siempre intimidarla, pero resistió los embates. A las mujeres y hombres de la Revista Raya, las amenazas del fascismo no nos intimidan, ni capitularemos.
NOTAS:
Resistencia afroecuatoriana: De la esclavización al neofascismo – Rebelion
https://www.google.com/search?q=Pensar+los+(nuevos)+derroteros+de+las+izquierdas+y+las+derechas+latinoamericanas+en+un+mundo+en+crisis&rlz=1C1YTUH_esCO10
https://www.google.com/search?q=Las+diferentes+caras+del+fascismo+de+hoy&rlz=1C1YTUH_esCO1018CO1018&oq=Las+diferentes+caras+del+fascismo+de+
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